"Cuando leas esta carta seguramente ya sea tarde..." Arrugó el papel y lo tiró por la ventana.- "O pronto..." -, masculló esforzando una sonrisa que se quedó en mueca grotesca. Terminó el café de un tragó, dejó la taza en el fregadero y rascándose la cabeza con indiferencia se dirigió, aún en pijama, a la cama. De nuevo.
- El año que comienza promete ser mejor. - Alegría, sabes que veo el tiempo como un continuo. Las únicas divisiones que admito son el nacimiento y la muerte. Mi nacimiento me lo contaron, luego no me queda nada más que la muerte por estrenar.